Este cefalópodo puede llegar a medir 1 metro, incluyendo los brazos, y tener un peso de hasta 10 kg, aunque con frecuencia es mucho más pequeño. En casos excepcionales se afirma que pueden llegar a los 3 metros de largo, con brazos de 2 metros y un peso de 25 kg. pero tal vez solo a grandes profundidades.
Los brazos disponen de dos hileras de ventosas en la parte inferior. La superficie del cuerpo es lisa o con apéndices. El color es muy variable pues el propio pulpo lo cambia, mediante control nervioso, en función del ambiente en que se halle, variando entre rojizo, marrom, amarillento, azulado o gris.
Habita en fondos rocosos, arenosos y en praderas submarinas, desde la superficie hasta los 100 metros de profundidad, en todo el Mediterráneo.
Los pulpos son animales de los fondos, por los que se desplazan con ayuda de sus tentáculos, pero en caso de peligro pueden desplazarse mediante la expulsión de un chorro de agua a través de la cavidad respiratoria, la cual es orientable en diversas direcciones.
Son animales nocturnos que se ocultan durante el día en sus escondrijos. Si no tienen ningún cobijo adecuado cerca, construyen ellos mismos uno a base de piedras que hallen en el fondo, o bien cerrarán la entrada demasiado expuesta de un agujero. Los pulpos pequeños anidan también, durante el periodo de cría, en conchas vacias de moluscos bivalvos.
El pulpo captura cualquier presa que pueda dominar, esencialmente crustáceos, bivalvos y peces, ocasionalmente también carroña. Es un animal inteligente que puede tender una emboscada para capturar desprevenidas a sus presas. También se les observa inspeccionado el fondo de noche y capturando implacables a sus presas dormidas.
Con su poderosa boca, similar a un pico de loro, pueden triturar duros crustáceos e incluso bivalvos, los restos de los cuales a menudo "decoran" la entrada de su guarida, lo que permite localizarlos.
El pulpo se mimetiza con el ambiente, cambiando tanto de forma como de color. Su estado de ánimo tambien influye en los cambios de color, apareciendo ondulaciones azules cuando está excitado, o volviéndose pálido cuando tiene miedo. Si está furioso dominan los colores rojizos.
Los pulpos entablan duras batallas entre machos para conseguir aparearse con una hembra. Una vez conseguido el acoplamiento, mediante la introducción del brazo de cópula en una cavidad del manto de la hembra, ésta pone del orden de 150.000 huevos en cápsulas pequeñas y transparentes con un pedúnculo corto. Estos huevos aparecen reunidos por miles en forma de racimos largos que se sujetan a la parte superior de una cavidad, donde son custodiados por la madre durante dos meses, y oxigenados con agua limpia. Sin este cuidado los huevos se pudrirían y morirían al cabo de poco tiempo.
La madre no se alimenta mientras está cuidando los huevos, y suele morir después de la eclosión de los mismos por debilidad. Los pulpos jóvenes suelen vivir de 1 a 2 meses con la cabeza hacia abajo en el plancton, hasta que comienzan su vida en el fondo. Durante este tiempo es cuando son más vulnerables, por lo que se reduce su número en forma espectacular.
Los pulpos son presas favoritas de morenas y anguilas, por lo que no carecen de enemigos naturales. Su única protección es su capacidad de mimetismo y el poder lanzar nubes de tinta para escapar de sus enemigos, cosa que hacen mediante el mecanismo de propulsión a chorro que hemos comentado, acto seguido buscan un nuevo escondrijo y se mimetizan con él
Además de los ojos lenticulares, el pulpo dispone de un cerebro muy desarrollado, incluso inteligente. Suelen ser animales muy curiosos, observando de día el ambiente que les rodea desde la seguridad de su escondite. Suelen ser timidos con los buceadores, pues suelen ser martirizados por estos sin otro motivo que el juego. Algunos animales jovenes, sin malas experiencias todavía, pueden dejarse observar durante largo tiempo a corta distancia, mientras ellos observan asimismo a su oponente.